Sacado del Ensayo El Bhagavata, Su filosofía ética y preceptos. de Bhaktivinoda Thakur.
Cuando el pensamiento despierta, el pensador ya no es más ignorante y es capaz de obtener una idea absoluta de la religión. Esto es una verdad y Dios lo ha hecho así en Su infinita bondad, imparcialidad y misericordia. El trabajo tiene su recompensa y el ocio nunca será recompensado. “A mayor trabajo, mayor recompensa” - es una verdad útil -. Quien no piensa, debe estar satisfecho con la superstición hasta que despierte y abra sus ojos al Dios de amor. Los reformadores, debido a su amor universal y a que ansían el bien, intentan por unos u otros medios hacer que la gente irreflexiva beba la copa de la salvación, pero estos últimos la beben con vino y caen al suelo bajo la influencia de la embriaguez, porque la imaginación también tiene el poder de hacer una cosa lo que nunca fue. Así es como las maldades de los conventos y las corrupciones de los akras avanzaron. No, nosotros no vamos a difamar al salvador de Jerusalén o al salvador de Nadia por estos males subsecuentes. Queremos Luteros en vez de críticos para corregir esos males mediante la interpretación verdadera de los preceptos originales.
Dos principios más caracterizan al Bhagavata, ellos son la libertad y el progreso del alma durante toda la eternidad. El Bhagavata nos enseña, que Dios nos da la verdad tal como Él se la dio a Vyasa cuando nosotros la buscamos fervientemente. La verdad es eterna e inagotable. El alma recibe una revelación cuando está ansiosa de ello. Las almas de los grandes pensadores de las eras pasadas que ahora existen espiritualmente, se aproximan a menudo a nuestro inquisitivo espíritu y lo ayudan en su desarrollo. De ese modo, Vyasa fue asistido por Narada y por Brahma. Nuestros Sastras, o en otras palabras, los libros del pensamiento no contienen todo lo que podemos obtener del Padre infinito.
Ningún libro carece de errores. La revelación de Dios es verdad absoluta, pero raramente se recibe y se preserva en su pureza original. El Bhagavata, en el capítulo 14 del onceavo skanda, nos aconseja creer que la verdad es absoluta cuando es revelada, pero en el transcurso del tiempo, adquiere el matiz peculiar de la naturaleza de quien la recibe y se convierte en error al pasar de mano en mano de una época a otra. Nuevas revelaciones, por lo tanto, son continuamente necesarias a fin de mantener la verdad en su pureza original. Somos prevenidos de esa manera a ser cuidadosos en nuestros estudios de los autores antiguos, sin importar que tan sabios tengan la reputación de ser.
Aquí tenemos completa libertad de rechazar la idea equivocada que no es sancionada por la paz de nuestra conciencia. Vyasa no estaba satisfecho con lo que había recopilado en los Vedas, arreglado en los Puranas y compuesto en el Mahabharata. La paz de su conciencia no sancionó sus labores. Le habló desde dentro, “¡No Vyasa! No puedes quedar complacido con el cuadro equivocado de la verdad que los sabios de las eras pasadas, te presentaron. Tú mismo debes ir a tocar a la puerta del inagotable almacén de la verdad de donde los sabios anteriores extrajeron su riqueza. ¡Ve! ¡Sube hasta el manantial de la verdad donde ningún peregrino se encuentra con la desilusión!” Vyasa lo hizo y obtuvo lo que quería; a todos se nos a aconsejado hacer lo mismo.
La libertad es entonces el principio que debemos considerar como el regalo más valioso de Dios. No debemos permitirnos ser conducidos por quienes vivieron y pensaron antes que nosotros. Debemos pensar por nosotros mismos y tratar de obtener verdades ulteriores que aún no han sido descubiertas. En el Bhagavata se nos aconseja tomar el espíritu de las Escrituras y no las palabras. El Bhagavata es, por consiguiente, una religión de libertad, verdad sin mezcla y amor absoluto.
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